viernes, 26 de diciembre de 2014

LA PEDAGOGÍA CONSTRUCTIVISTA. PRINCIPIOS Y ETAPAS DEL DESARROLLO COGNITIVO. DE PIAGET A LOWENFELD.


La pedagogía constructivista defiende la necesidad de entregar al alumno una serie de herramientas y estrategias que le permitan generar sus propios procedimientos (los denominan andamiajes) para resolver problemas. Esto implicará que sus ideas se vayan modificando y el proceso de aprendizaje siga su curso hasta llegar al conocimiento.
El constructivismo educativo propone un modelo en el que el proceso de aprendizaje se percibe y se lleva a cabo como un proceso dinámico, participativo e interactivo del alumno con el medio, de modo que el conocimiento sea una auténtica construcción operada por la persona que aprende. El alumno no almacena conocimiento sino que lo va construyendo a través de diferentes experiencias resultantes de su interacción con el medio.
Piaget, en los años veinte del siglo XX, formuló una teoría del desarrollo cognitivo basada en un enfoque global en el que el niño obtiene el conocimiento a través de muchos canales en interacción con el medio accediendo al aprendizaje a partir del descubrimiento.
Lo que se pretende en la escuela es contribuir al desarrollo de los individuos, socializarlos, facilitar que adquieran conocimientos, valores, que desarrollen su inteligencia y que lleguen a convertirse en adultos autónomos. De todos estos asuntos se ocupa Piaget en sus investigaciones ofreciendo una visión del ser humano como un organismo que, al actuar sobre el medio y modificarlo, se modifica también a sí mismo. Piaget considera el desarrollo de la inteligencia y la formación de los conocimientos (dos procesos para él indisociables) como un producto que se inicia en la actividad de los seres humanos y en su capacidad de adaptación al medio. Su explicación acerca de cómo se forman los conocimientos no coincide con las posiciones tradicionales que se han mantenido a lo largo de la historia, el empirismo y el innatismo. Para Piaget el conocimiento no es una copia de la realidad, como plantearía el empirismo, ni es el despliegue de capacidades que ya posee el ser humano, como sostendría el innatismo. Es, por el contrario, el resultado de la interacción entre la dotación inicial con la que nacen los seres humanos y su actividad transformadora del entorno.
El conocimiento es un proceso de adaptación que se produce como respuesta a una necesidad: el sujeto trata de realizar una acción o de encontrar una explicación para lo que sucede y halla una resistencia en la realidad. Para enfrentarse a ella modifica sus conocimientos anteriores. Por ello el conocimiento es un proceso creativo y no de repetición. Se podría pensar que Piaget concibe al sujeto completamente aislado, pero en realidad, para él los otros son fundamentales en el progreso del conocimiento. Contrastar las propias opiniones con las de otras personas es muy importante en dicho progreso.
La teoría de Piaget surge en un momento en que se estaban produciendo importantes cambios en el ámbito de la educación, que se venían gestando desde finales del siglo XIX. Se estaba produciendo un rechazo a la escuela tradicional, centrada en la transmisión verbal y que proporcionaba unos conocimientos poco útiles a los alumnos. Frente a ello, el movimiento pedagógico proponía una enseñanza más activa, que partiera de los intereses del alumno y que sirviera para la vida real. Aparecieron ideas que se originaban en la práctica, pero que tenían un escaso fundamento teórico y la teoría de Piaget proporcionó ese fundamento teórico, al explicar cómo se formaban los conocimientos y el significado psicológico de muchas prácticas que estaba proponiendo la escuela.
La oposición de Piaget al empirismo con respecto a la formación de los conocimientos le lleva a sostener que el conocimiento no puede ser implantado desde fuera y que tiene que ser construido por el sujeto. La formación del conocimiento no puede ser explicada únicamente por las influencias exteriores (el ambiente, la sociedad, la cultura), sino que tiene que ser estudiada desde el interior del propio sujeto (esta idea también la suscribirá Lowenfeld). Esta idea obligó a cambiar la perspectiva sobre la enseñanza a gran parte de los profesores. Lo que estarían haciendo en realidad no era enseñar, sino procurar las condiciones para que el alumno aprendiera. Eso suponía un cambio de rumbo para la comprensión de lo que era el aprendizaje, la formación del conocimiento y el desarrollo. Piaget mostró cómo las transformaciones que el sujeto realiza sobre su medio son la fuente del progreso de conocimiento que da lugar a la creación de instrumentos intelectuales y a sus representaciones de la realidad.
En el aula, los profesores deberán plantear retos que los alumnos tendrán que investigar y experimentar, de manera individual y colaborativa, resolviendo los problemas y afianzando el aprendizaje. El objetivo del profesor será favorecer la construcción de estructuras de pensamiento ya que es el dominio de dichas estructuras lo que permite la comprensión de los diferentes contenidos y propondrá experiencias o situaciones que ayuden en el proceso de aprendizaje y descubrimiento autónomo del alumno. Este planteamiento interesa a la educación artística, ya que un gran número de investigaciones sobre el dibujo infantil se han fundamentado en esta teoría del desarrollo cognitivo.
Una crítica a las teorías de Piaget, sería decir que existe una gran distancia entre una teoría psicológica, que explica como se forman los conocimientos y la práctica de la educación (es difícil aplicar estos principios psicológicos a la práctica escolar). Esto ha llevado a que muchas de las aplicaciones de sus teorías en la escuela terminen siendo opuestas al espíritu de sus propias ideas. En los años sesenta se realizaron una serie de experimentos para llevar a la práctica estas teorías y determinar el desarrollo intelectual de un individuo, pero Piaget no concibe la inteligencia como un estado, sino como un proceso y por lo tanto, no se puede medir.
También se recurrió a la teoría de Piaget para tratar de determinar los contenidos de la enseñanza (el currículo) y, basándose en las edades medias que él señala para la adquisición de un conocimiento, establecer lo que no se puede o no se debe enseñar. Las edades que él señala son edades medias y existen muchas variaciones en la adquisición de las nociones, unas variaciones que dependen del medio y de las circunstancias individuales. En lo que siempre insistió Piaget no fue en las edades de adquisición sino en el proceso mediante el cual se adquieren los conocimientos. Por eso no puede decirse que se aplicaran las ideas de Piaget cuando simplemente se tenían en cuenta sus indicaciones respecto a las edades de adquisición. Tampoco se trataba de recurrir a la descripción de los estadios o etapas de la inteligencia, que es interesante conocer, pero ocuparse únicamente de los estadios supone tomar una parte de la teoría como si fuera la totalidad. La actividad de los sujetos es creativa en cualquier nivel de desarrollo, ya que nos hacemos preguntas a nosotros mismos y formulamos hipótesis para responderlas.
En muchas ocasiones, el conflicto cognitivo se consideró vital para el aprendizaje y si los conflictos se hallaban en el origen de las soluciones y los profesores debían colaborar para que los alumnos reelaboraran sus ideas, su papel como pedagogos era promover su aparición. En muchos casos, se llegó a creer que el aprendizaje se podía controlar provocando el conflicto. Con esto, se olvidó que la elaboración de conocimiento supone tanto momentos de crisis que obligan a la reformulación de ideas, como fases de estabilidad que ayudan a estabilizar las ideas construidas. Así, aunque muchos educadores se declararan constructivistas, en la práctica poco tenían que ver con esta posición, por lo que, en realidad, la incidencia de sus ideas en las escuelas ha sido muy limitada y a menudo distorsionada.
Lowenfeld, profesor y arte-terapeuta, publica sus obras en los años centrales del siglo XX; obras que marcarán desde entonces el carácter de la educación artística. Lowenfeld, máximo exponente del movimiento de la <<autoexpresión creativa>> organizó los procesos creativos infantiles en fases correspondientes a seis etapas del desarrollo.
La novedad que introdujo Lowenfeld en la educación artística fue considerar que lo esencial de esta disciplina no estaba en los contenidos de la enseñanza sino en la persona que se estaba formando. Los alumnos debían ser considerados no tanto como aprendices de dibujo, sino más bien como seres humanos que tienen que llegar a desarrollarse plenamente como personas: potenciando su sensibilidad, sus capacidades creativas, sus posibilidades expresivas y comunicativas, la seguridad en sí mismos y en su forma personal y única de comprender el mundo, su equilibrio y pleno desarrollo logrando poner lo mejor de sí mismos en las tareas que están llevando a cabo.
La educación artística no debía proponerse que todas las personas aprendieran a hacer arte sino, más bien al contrario, que a través del arte se aprendiera a ser una persona. De esta manera, Lowenfeld defiende la propia capacidad creativa como objetivo central del aprendizaje y de la actividad escolar.
En mi opinión, existe un paralelismo entre las teorías de Piaget y las de Lowenfeld, sobre todo en los aspectos psicológicos que definen la teoría del desarrollo, así como en la selección de unas etapas o estadios y, sobre todo, en la formulación de las teorías del aprendizaje ligado al desarrollo. Lowenfeld defiende la necesidad de respetar el desarrollo natural de los niños en lo referente a su expresión. Le resta importancia a la disciplina para dar paso a la libertad creativa y no considera necesario que exista una planificación y secuenciación curricular de la educación artística. Lo que hay que hacer es motivar a través de determinadas pautas y promover un ambiente de libertad y desinhibición disponiendo los materiales más adecuados según la edad. Las etapas del desarrollo las considera pautas fijas, en torno a las cuales se organizarán progresivamente las actividades de enseñanza y aprendizaje relacionadas con las artes visuales.
Mientras las teorías de Piaget llevan a un tipo de acción curricular basado fundamentalmente en el aprendizaje por descubrimiento, Lowenfeld defiende un planteamiento no dirigido en el desarrollo de la expresión, demasiado libre a mi entender, ya que no todos los niños ni sus circunstancias ni sus contextos son iguales y puede que en algunos casos, se haga necesario establecer pautas por parte del profesor.


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