El krausismo es una doctrina que
defiende la tolerancia académica y la libertad de cátedra frente al
dogmatismo, las reglas, la religión o la política. Esta filosofía
debe su nombre al pensador alemán Krause (1781-1832). El krausismo
defiende el panenteísmo; el universo está contenido en Dios y éste
a su vez lo trasciende. Dios está en todas las cosas.
Tuvo gran difusión en España donde
alcanzó su máximo desarrollo práctico gracias a la obra de Julián
Sanz del Río y a la Institución Libre de Enseñanza dirigida por el
pedagogo Giner de los Ríos. En España se aplicó desde 1876 hasta
1936 ejerciendo gran influjo en la vida artística e intelectual a
través de la Institución Libre de Enseñanza. Este centro educativo
privado laico desempeñó una gran labor de renovación y desarrolló
una serie de medidas dirigidas a superar el caótico panorama
pedagógico del momento.
Defendieron la libertad de cátedra que
les había sido negada, proclamaron la ética y la tolerancia por
encima de todas las cosas y rechazaron ajustar sus enseñanzas a
cualquier dogma oficial. La pedagogía krausista pone en contacto al
alumno con la naturaleza y con cualquier objeto de conocimiento, por
este motivo se le dará mucha importancia a las clases
experimentales, a las excursiones y a aprender de manera gradual. El
estudio de la naturaleza, de la geografía y de las gentes anónimas
que la habitaban, se convirtió en una parte significativa de su
programa provocando un cambio en los intereses de algunos artistas
que se lanzaron a recuperar grandes figuras olvidadas como por
ejemplo El Greco y la ciudad de Toledo.
Aunque intentaron llevar la educación
a todos los rincones de España y su intención era buena, desde mi
punto de vista, esta filosofía tuvo sus limitaciones pues no
pudieron realizar una gran labor que abarcara buena parte del
territorio español (esto también pudo deberse a que la guerra civil
supuso el punto y final de esta iniciativa). Por otra parte, tampoco
fueron demasiado realistas a la hora de emprender una tarea tan
extensa, cara y complicada. En mi opinión, su excesivo idealismo, su
paternalismo, el recurrido panenteísmo y su elitismo (no
intencionado, pero elitismo al fin y al cabo) son los puntos débiles
y cuestionables de este movimiento.
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